Como ya te hemos contado el clima de la Comarca de Liébana y el proceso de destilación artesana y tradicional, son las bases de la fama y de la calidad del orujo lebaniego.
Las uvas de Liébana no son precisamente conocidas por dar buenos vinos. Pero, las condiciones climatológicas de Liébana hacen que las cepas generen una mayor cantidad de lo que se conoce como brujo: hollejos, racimos y pepitas que sobran después de pisar la uva. Esta mayor cantidad de brujo es la que va a permitir obtener orujos de gran calidad.
Para la destilación del orujo se usan las alquitaras. Fabricadas en cobre como manda la tradición. De las distintas formas de destilar, la realizada en alquitara es la más lenta y la que menos rendimiento en términos de cantidad produce. Sin embargo es la que proporciona licores de mayor calidad.
La alquitara tiene tres piezas: caldero (en el que se deposita el brujo), capotillo y copa (que se llena de agua fría). El proceso de destilación de el orujo El Traviesu comienza calentando el caldero que contiene el brujo (despalillado y sin pepitas). De esta manera se generan vapores que ascienden y que al contacto con la copa, que ya sabemos que está llena de agua fría, se condensan obteniendo el orujo el Traviesu.
Durante la destilación y más concretamente durante la condensación se distinguen tres fases en las que se obtienen tres productos de la destilación distintos:
- las cabezas, en las que el orujo que se obtiene supera los 70 º de graduación
- los corazones, orujos con graduaciónes entre el 70% vol. y el 50% vol.
- y las colas, orujos con graduaciónes inferiores al 50% vol.
Para obtener un orujo de altísima calidad como el Traviesu hay que desechar las cabezas y las colas y quedarse exclusivamente con los corazones.
Por otro lado, el adecuado control del fuego es otra parte vital del proceso de destilación del orujo el Traviesu. Con un fuego muy fuerte se obtendría más orujo, pero de una calidad mucho menor. El maestro orujero de el Traviesu es el que, con su sabiduría, debe buscar el punto exacto. Este punto ideal de fuego permite una destilación lenta.
El resultado: un orujo de la mayor calidad posible. Orujo el Traviesu.